viernes, 9 de agosto de 2013

PRESENTACIÓN


Saludos y bendiciones.

«El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y, lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo. Es también semejante el reino de los cielos a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra».                                                            
                                                                                                                 < Mateo 13, 44-46 >

Tal vez quieran saber o se imaginen por que llame este blog así, es porque es mi primer blog que al fin por muchos años he logrado crear, después de muchos intentos errados y sin darme el tiempo suficiente, hasta ahora.

Me parece un medio muy interesante para expresar y compartir lo que le quieres hacer llegar a los demás, como percibirán soy una Hija del Rey Jehova -Dios quien es mi Padre celestial y su Hijo mi amado Jesús es Señor de mi vida, así que pertenezco al Reino de Los Cielos establecido en la tierra, a través de nosotros sus hijos; me causa gracia escribirles todo estos detalles, por querer trasmitirles más, que decir solamente que soy cristiana evangélica o protestante como nos llaman o nos llamamos, jaja.

 Al inicio del blog encontrarán siempre un versículo bíblico que es el que les quiero trasmitir y al que haré referencia en cada blog para expresar mi mensaje.

Este en particular me gusta mucho, porque es así como considero que encontré un lugar en el reino de Dios, en el cual vivo desde hace trece (13) años. Pues un día decidí conocerlo y tener una relación personal con él, porque me intrigaban muchas cosas de la vida, era apenas una adolescente pero como yo digo había vivido muy rápido muchas cosas, que dentro de mi cada día clamaba que tenia que haber algo más interesante en la vida que no sea solo emociones vanas y temporales, sino que te identifique para que estas aquí, porque y para que vives, que hay más allá de todo, si uno vivía solo para morir y si después de morir ya no habría nada, se me hacía difícil creer que ahí terminaba todo, eso para mi no tenia sentido.

En esa busqueda interna, un día Dios me tomó y vino a mí, digo que me tomó, porque no somos nosotros quienes buscamos a Dios y lo encontramos por sí mismos, sino que es él quien se da a notar, y se muestra a quien él quiere, cuando ve en nuestros corazones nuestra sinceridad de querer realmente conocer de él, seguirle y servirle. Juan 15:16.

Desde ese grandioso, excelente y misterioso encuentro con él, entendí que había encontrado un tesoro, una piedra preciosa, invaluable; con la cuál lo tenia y me llenaba todo. Una razón de vivir y todos mis pensamientos anteriores habían encontrado sentido y una respuesta exacta. Desde ese día creo que no hay nada fuera de Dios que valga la pena, ni las más grandes poseciones sirven de algo si se las adquiere fuera de la gracia y el conocimiento de Dios. (Salmos 73:25) (Salmos 16:2).

Quién? teniendo un tesoro en su casa, quiere dejarselo robar, acaso no lo guarda bien y lo cuida por que es lo más preciado que posee, lo aprecia, lo admira y se siente en gran estima porque sabe que tiene la mayor posesión de su vida. Igual es cuando Dios en su Hijo Cristo Jesús vive y habita en nosotros a través del Espíritu Santo, por lo tanto y para quienes lo hemos conocido así, sabemos que por muchas debilidades que como humanos podamos tener, él lo es todo, de modo que no hay nada que podamos pasar o hacer que nos pueda apartar de él, de su amor, su bondad, misericordía y gracia.(Rom.8:38); porque reconocemos que apartados de él nada podemos ser o hacer que tenga sentido real y permanezca siempre la satisfacción y el gozo eterno en nuestro corazón. (Juan 15:5).

Conociendo esta fragilidad en nosotros sus hijos, y conociendo también la intención de nuestro corazón, Jesús nos alienta y nos dice: "No temáis, manada pequeña; porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino" (Lucas 12:32). Y si a él le plació, quién puede decir lo contrario. Él es mi tesoro, porque si él es conmigo, quien contra mí, yo creo en su palabra y en sus promesas, con él me siento segura, protegida, puedo confiar en él infaliblemente, y se que aunque no me lo merezca siempre es fiel conmigo, aunque muchas veces sin querer lastimarlo he sido infiel. Por todo eso te amo, mi amado Jesús.  

Este es el Dios y Señor de mi vida que quiero presentarles e invitarles a que lo conozcan para que formen parte de su Reino. Porque él és y lo tiene todo, somos nosotros los que lo necesitamos. Necesitamos de su amor, de su identidad, de su fidelidad, de su perdón, de su poder, de su autoridad, de sus riquezas, de sus promesas, de su reino.

Los bendigo mis queridos amigos y amigas.